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Doctrina

Las Sagradas Escrituras

Creo que las Sagradas Escrituras  fueron escritas por hombres inspirados  divinamente (1) y que en ellas se encuentra la instrucción celestial perfecta; que su autor es Dios (2) y que en ellas no hay ningún error (3); que su propósito es la salvación de los pecadores (4) sin distinción de naciones o personas (5) siendo por lo tanto la única regla de fe y práctica de los cristianos.

(1) 2ª. Timoteo 3:16-17; 2ª. Pedro 1:21; 2ª. Samuel 23:2; Hechos 1:16
(2) Proverbios 30:5-6;
(3) Juan 17:17; Romanos 3:4; Apocalipsis 22:18-19
(4) Romanos 2:12;
(5) 1ª. Corintios 4:3-4

El Dios Viviente


Creo por las Escrituras en la existencia de un Dios único, viviente y verdadero (1). Que es Espíritu infinito e inteligente (2) cuyo nombre es Jehová (3). Hacedor y Arbitro Supremo del cielo y de la tierra (4); gloriosamente Santo y digno de toda honra y gloria, confianza y amor (5). Que en la unidad de la divinidad existen tres personas que son El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo (6); siendo iguales en perfección divina (7) y aunque desempeñen oficios distintos (8) armonizan en la grande obra de la redención (9).

(1) Jeremías 10:10
(2) Juan 4:24
(3) Salmo 83:18; Jeremías 10:10
(4) Hebreos 3:4; Isaías 6:3
(5) Apocalipsis 4:6-8; Marcos 12:30; Mateo 10:37; Romanos 1:21
(6) Mateo 28:19; Juan 15:26
(7) 1ª. Corintios 12:4-6

La Caída Del Hombre

Creo por Las Escrituras que el hombre fue creado en santidad y sujeto a la ley de su Hacedor (1) que por su desobediencia voluntaria (2) cayó de aquel estado de ausencia de pecado (3) por cuya causa todo el género humano es ahora pecador (4) no por fuerza sino por su voluntad (5) hallándose por naturaleza enteramente desprovisto de la santidad que requiere la ley de Dios (6) positivamente inclinado a lo malo (7) por lo mismo bajo justa condenación (8) sin defensa ni disculpa que lo valga (9).

(1) Génesis 1:27; Hechos 17:26; Génesis 2:16
(2) Génesis 3:6
(3) Eclesiastés 7:29
(4) Romanos 5:12, 15, 19,
(5) Juan 3:6; Salmo 51:5; Ezequiel 18: 19-20
(6) Efesios 2:3
(7) Gálatas 3:22
(8) Romanos 3:19
(9) Romanos 1:20

Cristo Único Salvador

Creo que las Escrituras enseñan que Dios amó al mundo de tal manera que dio a su Hijo Unigénito (1) para que se encarnase (2); que Este fue exento de pecado (3) que honró la ley divina con una obediencia perfecta (4) y con su muerte pagó plenamente nuestra terrible deuda de pecado (5). Que fue levantado de entre los muertos (6) para ascender a los cielos (7) entronizarse a la diestra del Padre (8) e interceder por nosotros. (9)

(1) Juan 3:16
(2) Juan 1:14; Filipenses 2:6-7
(3) Juan 8:48; 2ª. Corintios 5:21; Hebreos 4:14-15; 1ª. Pedro 2: 21-22
(4) Isaías 53:7; Romanos 5:19; Filipenses 2:8
(5) Isaías 53:4-5; Rom. 4:24-25; Tito 2:14; Heb. 9:28; 1ª. P. 1:18-19; 1ª. Jn. 2:2
(6) Hechos 2:24, 32,34; 1ª. Cor. 15:20; Efesios 1:20; 1ª. Pedro 1:21; 3:18
(7) Hechos 1:11; Marcos 16:19; Lucas 24:51; Efesios 4:10; 1ª. Pedro 3:22

El Espíritu Santo

Creo que Las Escrituras enseñan que El Espíritu Santo es una persona. Puede hablar (1) se le puede mentir (2) tiene sentimientos (3) tiene inteligencia (4) y tiene voluntad (5). Asimismo, es como persona que se le ve obrando en la creación (6) en la enseñanza (7) en la confirmación espiritual (8) en el consuelo a los creyentes (9) en la intercesión por los creyentes (10) creando convicción (11) restringiendo en la comisión de pecado (12); todo lo anterior, mas el hecho de que El Espíritu Santo da órdenes a los creyentes (13) nos da la evidencia de que es una persona. Creemos asimismo que Las Escrituras enseñan que El Espíritu Santo es Dios, lo cual se apoya en los nombres y títulos que se le dan en Las Escrituras (14) en su identificación y asociación con Dios (15) su procedencia y su relación con la Santa Trinidad (16) sus atributos divinos (17) y sus muchas obras divinas (18). Creemos asimismo que Las Escrituras enseñan que todo creyente es bautizado por Cristo Jesús en el Espíritu Santo (19) en el momento mismo de la conversión (20).

(1) Hechos 10:19
(2) Hechos 5:3-4
(3) Efesios 4:30
(4) 1ª. Corintios 2:10-11
(5) 1ª. Corintios 12:11
(6) Génesis 1:2
(7) Juan 16:13
(8) Romanos 8:16
(9) Juan 14:16, 26
(10) Romanos 8:26
(11) Juan 16:8
(12) Génesis 6:3; Isaías 59:19; 2ª. Tesalonicenses 2:7
(13) Hechos 8:29; 13:2; 16:7
(14) Por lo que toca a sus títulos, pueden mencionarse los siguientes:

I. Títulos que relacionan al Espíritu Santo con El Padre.

a. Espíritu de Dios Génesis 1:2
b. Espíritu del Señor Lucas 4:18
c. Espíritu de nuestro Dios 1ª. Corintios 6:11
d. Su Espíritu Números 11:29
e. Espíritu de Jehová Jueces 3:10
f. Tu Espíritu Salmo 139:7
g. Espíritu de Jehová el Señor Isaías 61:1
h. Espíritu de vuestro Padre Mateo 10:20
i. Espíritu del Dios vivo 2ª. Corintios 3:3
j. Mi Espíritu Génesis 6:3
k. Espíritu de aquel Romanos 8:11

II. Títulos que relacionan al Espíritu Santo con El Hijo.

a. Espíritu de Cristo Romanos 8:9; 1ª. Pedro 1:11
b. Espíritu de Jesucristo Filipenses 1:19
c. Espíritu del Señor Hechos 5:9; 8:39
d. Espíritu de su Hijo Gálatas 4:6

III. Títulos que hablan de sus atributos.

a. Su unidad Efesios 4:4
b. Su Perfección Apocalipsis 1:4; 3:1
c. Su Identidad y esencia de la Trinidad, (La trad. literal sería “El Señor, su Espíritu”) 2ª. Cor. 3:18
d. Su eternidad, Hebreos 9:14
e. Su gloria, 1ª. Pedro 4:14
f. Su vida, Romanos 8:2
g. Su santidad, Rom. 1:4; Salmos 51:11; Mt. 1:20; Lc. 11:13; 1ª. Jn. 2:20
h. Es el autor y revelador de la sabiduría, Éxodo 28:3; Efesios 1:17
i. Da sabiduría e inteligencia, Isaías 11:2
j. Da consejo y poder, Isaías 11:2
k. Da conocimiento y temor de Jehová, Isaías 11:2
l. El es –y actúa—para producir la verdad, Juan 14:17
m. Es el Espíritu de Gracia, Hebreos 10:29

IV. Títulos que hablan de sus obras.


a. Trabaja para traer a los santos a gloria, 1ª. Pedro 4:14
b. Es el agente de nuestra regeneración, Romanos 8:2
c. Es el que nos santifica, Rom. 1:4; Mt. 1:20; Jn. 2:20
d. Es el que nos enseña, nos guía y fortalece, Ef. 1:17; Isaías 11:2; Jn. 14:17.

(15) En cuanto a su identificación y asociación con Jehová
I. De un estudio comparativo de Hechos 28:25 e Isaías 6:1-13 encontramos que el “Señor” y “Jehová” de Isaías se identifica con el “Espíritu Santo” de Hechos.
II. Estudiando comparativamente el pasaje de Jeremías 31:31-34, con Heb. 10:15-17, encontramos que el “Jehová” de Jeremías es el “Espíritu Santo” de Hebreos.Concluimos que el título “Jehová”, reservado en el Antiguo Testamento para el único y verdadero Dios, es usado para identificar al Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.

(15.1) En cuanto a su identificación con Dios
I. El Espíritu de Jehová y el Dios de Israel son identificados como el mismo en 2ª. Sam. 23:2-3
II. El Espíritu Santo es llamado “El Espíritu de Dios” en Génesis 1:2
III. En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo es considerado como Dios en varios casos:
a) Del cristiano que es habitado por el Espíritu Santo se dice que es habitado por Dios, 1ª. Cor. 3:16; Ef. 2:22
b) La blasfemia contra el Espíritu Santo es considerada como blasfemia contra Dios, Mateo 12:31-32
c) El pecado de Ananías y Safira se dice que es contra el Espíritu Santo y contra Dios, Hch. 5:1-4

(16) En cuanto a su procedencia. La doctrina de la procedencia tiene que ver con el Ser y la Eternidad del Espíritu Santo en relación con el Padre y con el Hijo. De esta virtud, esta doctrina declara expresamente que el Espíritu procede eternalmente del Padre (Juan 15:26; Salmos 104:30), y del Hijo (Gálatas 4:6; Romanos 8:9).

(17) Por lo que toca a sus atributos
I. Lo rebela como teniendo vida, Romanos 8:2
II. Lo muestra como teniendo personalidad …
III. Lo muestra como Omnipresente, Salmos 139:7
IV. Lo muestra como Omnisciente, 1ª. Corintios 2:10-11
V. Lo muestra como Omnipotente, Génesis 1:2
VI. Lo muestra como Santo, Lucas 11:13
VII. Lo muestra como Eterno, Hebreos 9:14

(18) Por lo que toca a sus obras, su intervención se destaca
I. En la creación, Génesis 1:2
II. En la regeneración, Juan 3:6
III. En la santificación, 2ª. Corintios 2:13; 1ª. Pedro 1:2

(19) 1ª. Corintios 12:13; Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16; Hechos 2:32-33

(20) Hechos 1:5; 11:16-17

El Carácter Gratuito De La Salvación

Creo que Las Escrituras enseñan que la Salvación es gratuita para todos, que es por gracia por medio de la fe (1) mediante el arrepentimiento (2); que no depende de buenas obras que el hombre pueda hacer (3); y que el único obstáculo para la salvación del pecador es el rechazo voluntario de Cristo como el único salvador (4) lo cual le acarreará la condenación (5).

 (1) Isaías 55:1; Efesios 2:8; Romanos 1:16; 3:20, 24; 4:3,22,25
(2) Hechos 17:30; Marcos 1:15
(3) Gálatas 2:16; Efesios 2:9; Romanos 3:20, 28; Tito 3:5-6
(4) Mateo 23:37; Juan 5:20; Hechos 4:12
(5) Lucas 19:27; Juan 3:18,19, 36; 2ª. Tesalonicenses 1:7-8

La Elección

Creo que Las Escrituras enseñan que la elección es el plan eterno de Dios, en Cristo Jesús, para la salvación de los pecadores (1); que Dios deja en libertad al pecador para aceptar o rechazar a Cristo (2); que en esta libertad dada al pecador no se afecta la soberanía de Dios de ninguna manera (3); que siendo la salvación por gracia, no puede haber jactancia de parte del pecador (4); que la salvación se manifiesta en la vida de los que en verdad aceptan a Cristo como su salvador (5).

(1) Juan 6:37; Gálatas 4:4-5; Efesios 1:13-14; Filipenses 2:13; 2ª. Tes. 2:13-14; 1ª. Tim. 2:3-6; 2ª. Pedro 3:9; Apocalipsis 22:17;
(2) Juan 3:16, 18, 36; 4:40; 6:37, 40
(3) Daniel 4:35; Mateo 11:25-27; 1ª. Corintios 2:10-16
(4) Romanos 3:27; 1ª. Corintios 1:26-31; 4:6-7; 2ª. Timoteo 2:10
(5) 1ª. Corintios 9:22; 2ª. Timoteo 1:8; Hebreos 6:10-12

La Regeneración

Creo que las Escrituras enseñan que la regeneración es un nuevo nacimiento (1) y es obra del Espíritu Santo en el corazón del hombre por medio de La Palabra de Dios (2); que la parte que le corresponde al hombre es la recepción del Evangelio (3), esto es arrepentirse y poner su fe en Cristo Jesús y que la vida regenerada se evidencia por sus frutos (4).

(1) Juan 1:12, 13; Santiago 1:8
(2) 1ª. Pedro 1:22-23; Filipenses 2:13; 2ª. Cor. 5:17; 1ª. Jn. 3:9; 5:1
(3) Juan 1:12, 13; Juan 3:15, 16, 36
(4) Mateo 7:20; Gálatas 5:16-23; Efesios 3:14-21; 5:9; 1ª. Jn 5:4

El Arrepentimiento Y La Fe 

Creo que las Escrituras enseñan que el arrepentimiento y la fe son gracias inseparables e indispensables para la salvación (1); que el arrepentimiento es para con Dios y la fe hacia Cristo Jesús (2); que son las obras del Espíritu Santo en el corazón (3), y que nos convencen de nuestra culpa, peligro e impotencia (4), que nos conducen al camino de la salvación que es en Cristo (5), nos guía hacia Dios (6) confesándonos culpables (7), pidiendo misericordia (8), reconociendo al Señor Jesucristo como nuestro Salvador personal (9), nuestro mediador único (10), Profeta (11), Sacerdote (12) y Rey

(1) Mt. 21:32; Mr. 1:15; Lc. 13:3,5; Jn. 3:16,18,32;5:24; Hch. 3:19; 17:30; 11:18
(2) Hch. 20:20,21
(3) Hch. 11:18; Ef. 2:8-9; Jn. 16:8; Rom. 2:4
(4) Lc. 3:3, 5; Hch. 3:22-23
(5) Jn. 6:47; Jn. 14:6; Hch. 4:12
(6) Is. 55:7; Jn. 6:37
(7) 1a. Timoteo 1:15
(8) 1a. Timoteo 1:13; Tito 3:5
(9) Hch. 9:5-6; 16:30-31; Romanos 10:9-10
(10) 1a. Timoteo 2:5
(11) Hechos 3:22
(12) Hebreos 4:14-16
(13) 1a. Timoteo 1:17; 6:15; Apocalipsis 17:14; 19:16

La Justificación

Creo que las Escrituras enseñan que la justificación es el gran bien que Cristo asegura a los que tengan fe en él (1); que la justificación incluye el perdón de los pecados (2) y el don de la vida eterna (3), que esta justificación es exclusivamente por fe (1) no por obras, dándonos Dios gratuitamente mediante esta fe la justicia perfecta de Cristo (4). La justificación nos introduce a un estado de paz y favor con Dios (5).

(1) Hch. 13:39; Rom. 3:28; 5:1; 1ª. Cor. 6:11; Gálatas 2:16; Efesios 2:8.
(2) Romanos 4:5-8, 22-25; 3:23-24; 5:9; tito 3:5-6; 1ª. Juan 1:17.
(3) Mt. 25:46; Jn. 3:16, 36; 5:24; 6:40, 47; Rom. 6:22-23; Tito 3:5-7; 1ª. Jn. 5:11, 13.
(4) Romanos 5:18, 19
(5) Isaías 53:11; Juan 16:33; Rom. 5:1-2; Efesios 2:14; Colosenses 1:20

La Santificación

Creo que las Escrituras enseñan que la santificación es el acto mediante el cual los creyentes han sido eternamente separados para Dios (1) al hacérsenos partícipes de la santidad de Dios mediante la obra de redención (2), por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez para siempre (3); que es una separación para un servicio especial a Dios (4); que principia en la regeneración (5) y es progresiva en su desarrollo (6), y que llegará al estado de perfección en la glorificación de los cuerpos, en la segunda venida de Cristo (7).

(1) Ef. 1:13-14; Sal. 4:3; 2ª. Cor. 5:17; Rom. 8:29-30
(2) Rom. 3:24; Heb. 2:9; Jn. 3:16
(3) Heb. 10:9-10; Ef. 5:25-27
(4) Sal. 4:3; 2ª. Cor 6:17; Jn. 17: 17-19; 1ª. Tes. 4:3-7
(5) Rom. 8:29-30; 1ª. Cor 1:2; Col. 1:21-22; 1ª. Ped. 2:9-10
(6) Prov. 4:18; Ef. 4:11-15; 2ª. Cor. 7:1; 13:9; 1ª. Tes. 5:23; 1ª. Tim. 4:7; 1a. Ped. 2:23; 2a. Ped 3:18
(7) Rom 8:23; 1a. Cor. 15:51-54; Ef. 1:13-14; 4:30; Fil. 1:6; 3:12-14; 1a. Jn. 3:2

La Perseverancia De Los Santos

Creo que las Escrituras enseñan que los salvos están seguros en Cristo Jesús para siempre (1), que no apostatarán irremediablemente sino que perseverarán hasta el fin (2), porque son hijos de Dios por la fe y la relación de hijo y padre no se destruye (3) y que no vendrán a condenación porque son redimidos de la maldición de la ley (4), y además son sellados por el Espíritu Santo hasta el fin (5).

(1) Juan 10:27-29; Romanos 6:14; 8:35-39; 2ª. Cor. 5:17; 1ª. Pedro 1:3-5
(2) Filipenses 1:6; 2ª. Timoteo 4:18; Hebreos 7:25; 1ª. Juan 2:9
(3) Salmos 89:30-37; Juan 5:24; Rom. 10:4; Gálatas 3:26; Hebreos 12:6-11
(4) 2ª. Timoteo 1:12; 1ª. Pedro 1:15; Hebreos 6:17-20; 7:25
(5) Efesios 4:30; Colosenses 3:3-4
(1) Mateo 3:13, 14, 16; Marcos 1:5, 9, 11; Juan 3:23; Hechos 8:36-39
(2) Mateo 28:19; Marcos 16:15-16; 1ª Corintios 1:2 en relación con 11:2
(3) Hechos 8:12; Hechos 8:35-39; Mateo 28:19
(4) Mateo 28:19
(5) Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12
(6) Hechos 2:41-42

NOTA:

 Cuando se descubre que un candidato ha sido sumergido sin haber sido salvo, como a veces sucede, automáticamente queda nulo el bautismo que haya recibido. Si la persona hace profesión de fe, se
vuelve a recibir por bautismo.

La Iglesia Del Nuevo Testamento

Creo que las Escrituras enseñan que una Iglesia Bautista Nuevo Testamentaria es una congregación local (1) de creyentes en Cristo (2), bautizados escrituralmente después de una profesión de fe (3), unidos en las doctrinas del Evangelio (4) comprometidos a la propagación del Evangelio de Jesucristo (5) y a mantener las ordenanzas de la Escritura, las cuales son el Bautismo (6), y la Cena del Señor (7); que reconoce a Cristo como la única cabeza (8) y se gobierna por Sus leyes (9); que reconoce como únicos oficiales al pastor (10) también llamado “anciano” u “obispo” y a los diáconos (11); cuyo gobierno es la congregación (12) y ejerce los dones, derechos y privilegios que a ella otorga La Palabra de Dios (13), la cual es la única regla de fe y práctica (14).

(1) Hch. 11:22, 26; 13:1; 9:31; Rom. 16:14; Hch. 16:5
(2) Hch. 1:15, 21-22; 2:41-42; 16:5
(3) Mt. 28:18-20; Hch. 2:41; 8:21; 8:36; 9:18; 10:47-48; 16:14-15, 32-33; 18:8.
(4) Hch. 2:42; 14:22; 16:5; Ef. 4:5-6; Ti. 1:13-14; Jud 3; 2ª. Jn. 1:10-11; Mt. 28:19-20
(5) Mr. 16:15; Hch. 1:8
(6) Ver artículo sobre el Bautismo
(7) Ver artículo sobre la Cena del Señor.
(8) Mateo 28:20; Colosenses 1:18-19; 2:8-10; Efesios 1:20-23
(9) Mateo 26:26-29; 18:17; Juan 14:15, 21, 23; 1ª. Corintios 2:5-7; 5:4; 7:10; 11:2, 16
(10) Hechos 20:17, 28; 1ª. Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9; 1ª. Pedro 5:1-4
(11) Hechos 6:3-4; 1ª. Timoteo 3:8-13;
(12) Mateo 28:20; Juan 14:15
(13) Juan 17:17; 2ª. Timoteo 3:16-17; Hebreos 4:12; 1ª. Pedro 1:23; 2ª. Pedro 1:21
(14) Ver Artículo I, Las Escrituras

El Bautismo Bíblico

Creo que las Escrituras enseñan que el bautismo cristiano o bíblico es la inmersión total en agua del creyente en Cristo (1), administrado por una autoridad idónea –que es la iglesia Nuevotestamentaria- (2) y con un propósito idóneo – que es el de mostrar obediencia pública al Señor (3); que debe hacerse en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (4); que es símbolo de la sepultura y resurrección de Cristo y del creyente (5), y que es un requisito para gozar de los privilegios de la iglesia (6).

(1) Mateo 3:13, 14, 16; Marcos 1:5, 9, 11; Juan 3:23; Hechos 8:36-39
(2) Mateo 28:19; Marcos 16:15-16; 1ª Corintios 1:2 en relación con 11:2
(3) Hechos 8:12; Hechos 8:35-39; Mateo 28:19
(4) Mateo 28:19
(5) Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12
(6) Hechos 2:41-42

La Cena Del Señor

 Creo que las Escrituras enseñan que la Cena del Señor es la segunda ordenanza de la Iglesia Nuevo Testamentaria (1), y que consiste en la provisión de pan sin levadura y del fruto de la vid (2), los cuales representan respectivamente el cuerpo y la sangre de Cristo (3), que la cena es administrada por la iglesia (4), por conducto del Pastor u otro Ministro ordenado designado por la iglesia, con la ayuda de los Diáconos u otros Ministros, si los hay. Que los participantes son creyentes bautizados (5), miembros de la iglesia reunida para observar la ordenanza (6), y que anden ordenadamente (7), que la Cena conmemora el sufrimiento y la muerte de Cristo hasta que Él vuelva (8).

(1) Mateo 26:26-30; Marcos 14:22-26; Lucas 22:19-20; Hechos 2:42-46
(2) 1ª. Corintios 11:23-26; Mateo 26:26-30
(3) Mateo 26:26-29; Lucas 22:19; 1ª. Corintios 10:16
(4) 1ª. Corintios 1:2 en relación con 11:18,33
(5) Mateo 26:20 en relación al 26-29; Lucas 22:14-15 en relación con 19-20
(6) Hechos 2:41-42; 1ª. Corintios 1:18, 22
(7) Se pueden mencionar los siguientes casos de conducta desordenada.
a. 1ª. Corintios 5:1-13. Conducta inmoral.
b. 2ª. Tes. 3:6,11,14-15; 1ª. Cor. 14:37. Desobediencia a los mandamientos del Señor.
c. Hch. 20:29-30; Tito 3:10; 2ª. P. 2:1-3; 1ª. Jn. 4:1-3. La herejía o enseñanza de falsa doctrina.
d. Romanos 16: 17-18. Promover división y disensión entre la iglesia.
(8). 1ª. Corintios 11:26.

El Día Del Señor

Creo que las Escrituras enseñan que el Día del Señor es el primero de la semana (1), y que este día ha de consagrarse a los fines religiosos (2), absteniéndose el cristiano de todo trabajo que no sea obra de misericordia o de absoluta necesidad (3).

(1) Hechos 20:7; Juan 20:19, 26; 1ª. Corintios 16:1, 2
(2) Éxodo 20:8, Salmo 118:22-24; Hebreos 10:24-25; Apocalípsis 1:10
(3) Éxodo 20:10; Isaías 58:13-14; Mateo 12:8-12; Lucas 13:10-16; 14:1-6

El Gobierno Civil

Creo que el gobierno civil está puesto por Dios para el bienestar y el orden de la sociedad humana (1), y que por los magistrados debemos orar, honrándoles en conciencia, y obedeciéndoles (2), salvo en aquellas cosas que sean opuestas a la voluntad del Señor, único dueño de la conciencia (3), y que debe haber una separación completa entre el Estado y la Iglesia, cada cual siendo cosa buena e importante en su lugar (4).

(1) Romanos 13:7
(2) 1ª. Timoteo 2:1,2; Tito 3:1; 1ª. Pedro 2:13-17
(3) Hechos 5:29; Romanos 14:9-12; Apocalípsis 19:16
(4) .Mateo 22:21; Efesios 1:22

Los Justos Y Los Impíos

Creo que las Escrituras enseñan que hay diferencia radical y esencial entre los justos y los impíos (1); que en la estimación de Dios no hay justos aparte de los regenerados (2), y que éstos han sido justificados mediante la fe en Jesucristo (3) y santificados por el Espíritu Santo (4).

(1) Malaquías 3:18; Romanos 6:19; Proverbios 10:24; 11:31; 14:32; Isaías 55:7; Eclesiastés 3:17; 1ª. Pedro 4:17-18; Juan 8:21-24
(2) 1ª. Juan 2:29; 3:7; Juan 3:18 y 36
(3) Romanos 1:17. Ver además el Artículo No. IX

La Resurección

Creo que las Escrituras enseñan que Cristo resucitó de entre los muertos y ascendió corporalmente al cielo (1); creo, asimismo, que todos los muertos, tanto los justos como también los injustos, se levantarán de sus sepulcros (2), o de los lugares donde estén (3), en su orden (4), efectuándose una reunión del alma y cuerpo (5); que la resurrección se efectuará por el poder de Dios (6); que la resurrección será dividida en dos partes, la primera exclusivamente para los salvos y la segunda para los perdidos (7), estas dos resurrecciones serán separadas por un espacio de mil años (8); que los creyentes que vivieren hasta la segunda venida de Cristo no tendrán que morir, sino que serán tomados y transformados, hechos semejantes al cuerpo glorificado del Señor (9).

(1) Hechos 1:9-11; 1ª. Corintios 15:4-8; 2ª. Corintios 4:14
(2) Juan 5:28.29; Hechos 24:15; Daniel 12:2
(3) Apocalípsis 20:13
(4) 1ª. Corintios 15: 20-24
(5) 1ª. Tesalonicenses 4:13-17
(6) Hechos 26:8; 5:30; Romanos 8:11
(7) Juan 5:28-29; Daniel 12:2-3; Salmo 1:5; 2ª. Tesalonicenses 1:9-10
(8) Apocalípsis 20: 4-6; 12-15
(9) Mateo 24:37; 1ª. Corintios 15:51-53; 1ª. Tes. 4:15-17; 1ª. Juan 3:1-2

De Las Últimas Cosas

Creo que las Escrituras enseñan que Dios tiene un programa integral respecto a los acontecimientos relacionados con las cosas últimas y su fin. Dentro de este presente siglo, entre las dos venidas de Jesucristo a la tierra, Dios está llevando a cabo dos programas distintos; el de la Iglesia, que terminará con el traslado –rapto—de todos los salvos, y el de Israel, que terminará después del traslado y de la segunda venida de Cristo. Ambos tienen pasajes descriptivos concernientes al fin de los tiempos para sus respectivos programas. Hay referencia a “los postreros tiempos” para la Iglesia (1ª. Pedro 1:20; Judas 18), y al “tiempo postrero” para la Iglesia (1ª. Pedro 1:5; 1ª. Juan 2:18). Hay asimismo una referencia a “los postreros días” para Israel (Daniel 10:14; Deuteronomio 4:30) y para la iglesia (1ª. Timoteo 4:1). La Escritura se refiere a los “postreros días” para Israel (Isaías 2:2; Miqueas 4:1; Hechos 2:17), y también para la Iglesia (2ª. Timoteo 3:1; Hebreos 1:2). Las referencias al programa de Dios para Israel no deben ser usadas para referirse al programa de Dios para la Iglesia. Creemos que un bosquejo sencillo de los eventos escatológicos –por lo que toca a los creyentes—contemplaría el rapto de los santos como el más inmediato e inminente (1). Mientras los santos arrebatados se presentan ante el Tribunal de Cristo en el cielo (2), para después participar en las Bodas del Cordero (3), en la tierra se desatará la Gran Tribulación (4). Que la Segunda Venida de Cristo a la tierra con sus santos (5), también llamada la Revelación, pondrá fin a la Gran Tribulación al librarse la batalla de Armagedón (6), atando a Satanás (7) y dando paso a la instauración del Reinado Milenial (8), al final del cual Satanás será suelto por un poco de tiempo para engañar a las naciones (9). Pasado lo anterior habrá una segunda resurrección (10) y tendrá lugar el Juicio del Gran Trono Blanco (11), cuando la muerte y el infierno serán arrojados al lago de fuego (12), para entrar así a la eternidad con nuestro Dios (13).

(1) 1ª. Tesalonicenses 4:17; Juan 14:2-3; Hechos 1:11; 1ª. Corintios 15:51-52; Filipenses 3:20; Colosenses 3:4; 1ª. Tes. 1:10.
(2) 2ª. Corintios 5:10; 1ª. Corintios 3:9-15; Romanos 14:10
(3) Mateo 22:2-10; 25:10; Lucas 14:15-24; Apocalípsis 19:7-8 y 21:1, 22:7; Juan 3:29; 2ª. Corintios 11:2; Efesios 5:25-33
(4) Daniel 12:1; Mateo 24:21-22; Lucas 21:25-26; 1ª. Tesalonicenses 5:3; Apocalípsis 3:10; 6:15-17; Deuteronomio 4:30-31; Isaías 2:19; 24:1, 3, 6, 19-21; 26:20-21; Jeremías 30:7; Daniel 9:27; Joel 1:15; 2:1-2
(5) Col. 3:4; 1ª. Tes. 3:13; 2ª. Tes. 1:7-10; Judas 14-15; Hechos 1:11; Zac. 14:4; Mateo 24:30
(6) Zacarías 14:3; Apocalípsis 16:14; 17:14; 19:11-21; 20:1-3
(7) Apocalípsis 20:1-3
(8) Apocalípsis 20:1-6
(9) Apocalípsis 20:3, 7-8
(10) Juan 5:28-29; Daniel 12:2-3; Apocalípsis 20:5-6 y 11-13
(11) Apocalípsis 20:11-15
(12) Apocalípsis 20:14
(13) Juan 14:3; 17:24; Colosenses 3:4; 1ª. Tes. 4:16-17; 1ª. Juan 3:2; Apocalípsis 21:3.
La Segunda Venida De Cristo

Creo que las Escrituras enseñan que Cristo volverá a la tierra (1), literal y corporalmente (2), antes que comience la era milenaria (3) y que con su presencia se instituirá un reino sobre el cual El reinará (4). Que en esta segunda venida, los muertos oirán su voz (5), sus santos vendrán con Él (6), todo ojo le verá (7). Que de esta segunda venida no sabemos ni el día ni la hora (8), y que vendrá con juez, porque el día de la salvación habrá pasado (9).

(1) Juan 14:3; Hechos 1:11; 1ª. Tesalonicenses 1:9-10; Apocalípsis 22:20
(2) Hechos 1:11; Mateo 24:30; 2ª. Tesalonicenses 1:7-8; Apocalípsis 1:7
(3) Apocalípsis 20:1-4
(4) Mateo 25:31; Lucas 1:32; Apocalípsis 1:13
(5) Juan 5:28
(6) 1ª. Tesalonicenses 3:14; 4:14; Judas 14
(7) Apocalípsis 1:17; Mateo 24:30
(8) Mateo 24:36, 39, 42, 44; 25:13
(9) 1ª. Tesalonicenses 1:6-10; Judas 14-15; Apocalípsis 22:12

El Milenio

Creo que las Escrituras enseñan que habrá un período de mil años, llamado Milenio, en el cual Cristo y su pueblo reinarán sobre la tierra (1) en paz (2), gozo (3), santidad (4), gloria (5), justicia (6), pleno conocimiento (7), sin enfermedad (8), prosperidad económica (9), la presencia manifiesta de Dios (10), y la plenitud del Espíritu Santo (11).

(1) Apocalípsis 20:2-7
(2) Isaías 2:4; 11:6-9; Oseas 2:18; Sofonías 3:14, 17
(3) Isaías 9:3-4; Jeremías 30:18-19; Sofonías 3:14-17
(4) Isaías 4:3-4; Jeremías 31:23; Sofonías 3: 11-13
(5) Isaías 24:23; 40:5; 60:1-9; 35:2
(6) Isaías 9:7; 11:5; 32:16-17
(7) Isaías 11:1-2, 9; Habacuc 2:14
(8) Isaías 33:24; Jeremías 30:17
(9) Isaías 35:1-2, 7; 30:23-25; 62:8-9; 65:20-23
(10) Ezequiel 37:27-28; Zacarías 2:10-13; Apocalípsis 21:3
(11) Isaías 32:13-15; 44:3; 59:19,21; 6:1; Ezequiel 36:26-27; 37:14; 39:29; 11:19-20.

El Cielo Y El Infierno

Creo que hay dos lugares en que los hombres habrán de morar después de esta vida. Los redimidos vivirán en el cielo (1), y los perdidos existirán en el infierno con el diablo y sus ángeles (2), y tal existencia, sea en el cielo o sea en el infierno, será eterna (3).

(1) Eclesiastés 12:9; Juan 14:1-6; Mateo 25:34; Apocalípsis 7:9-15; Apocalípsis 21:1-7
(2) Mateo 25:41, 46; Lucas 16:22-24; Mateo 13:41, 42; Apocalípsis 14:10, 11; Apocalípsis 20:10
(3) Isaías 33:14, 16; Daniel 12:2; Mateo 18:8; Mateo 25:46; Apocalípsis 14:11; Apocalípsis 20:10.

El Púlpito De Nuestros Días.

Creo que en nuestras iglesias debe predicarse solamente la Palabra de Dios y que esto debe hacerlo solamente el Pastor de la Iglesia o una persona plenamente identificada con los principios doctrinales aceptados por nuestras Iglesias Bautistas. Rechazamos lo comúnmente llamado “afiliación de púlpito” o todo aquello que tenga relación ecuménica.

Efesios 4:3; 1ª. Juan 4:1-6; 2ª. Juan 7-11; 2ª. Timoteo 4:15; Hechos 20:17-35; Gálatas 1:6-9.

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